¿Cuánto duele un tatuaje en el tobillo?
¿O dónde duele menos?
¿Cómo se puede soportar mejor el dolor físico?
Respuesta: dependerá de tu resistencia al dolor…
Redelmeier y Kahneman (1996) realizaron un estudio con pacientes de una prueba de colonoscopia, los cuales informaban cada 60 segundos sobre su nivel de dolor. La siguiente gráfica muestra los datos recogidos de dos de ellos.
En tu opinión, ¿qué paciente crees que experimentará más dolor?
Créditos de la foto: Donald Redelmeier; Daniel Kahneman
Si has elegido el paciente B, lo siento, has fallado. De hecho, el paciente A es el que informó que la prueba había sido mucho más desagradable que lo que resultó al paciente B.
¿Por qué el paciente A sufrió más que el paciente B?
Ambos comparten el mismo pico de intensidad de dolor (cerca del nivel 8), pero mientras que el paciente A sufrió dos picos altos de dolor y la prueba duró menos de diez minutos; el paciente B sufrió los picos de dolor de forma gradual a lo largo de veinticinco minutos.
Lo que ocurre es que cuando nos preguntan por el nivel de dolor de la prueba, es decir, cuando hacemos una evaluación retrospectiva de la experiencia, hacemos sin darnos cuenta un promedio entre el mayor pico de dolor sufrido en la experiencia global y el pico de dolor sufrido al final de la prueba.
Lo cual explica que el paciente A tuviera la percepción de mayor dolor, al coincidir el mayor pico de sufrimiento con el del final de la prueba.
Redelmeier, Katz y Kahneman (2003) demostraron además, que especialmente en pruebas en las que se ha de estar despierto, se podía minimizar la sensación de malestar físico, si se añade al final de la experiencia un intervalo corto de malestar mínimo y se aumenta la atención afectiva al paciente al final de la prueba; lo que puede ayudar a evaluar la prueba como menos dolorosa y aumentar las pruebas posteriores de seguimiento.
¿Y tú? ¿Qué prefieres? ¿Diez minutos de dolor extremo o veinticinco de dolor gradual?
Fuente:
M. J. González Labra, Psicología del Pensamiento, Editorial Sanz y Torres/UNED
Artículo muy interesante, y te agradezco las fuentes, ya que de ese modo puedo buscarlas.
Ah, tengo unas dudas. Al final, cuando dice:
«se podía minimizar la sensación de malestar físico, si se añade al final de la experiencia un intervalo corto de malestar mínimo y se aumenta la atención afectiva al paciente al final de la prueba; lo que puede ayudar a evaluar la prueba como menos dolorosa y aumentar las pruebas posteriores de seguimiento.»
¿Atención afectiva se refiere a que los experimentadores se muestran empáticos con los probandos para que se sientan apoyados, o se refiere a otra cosa? Y otra, ¿en qué consisten las pruebas posteriores de seguimiento y para qué sirven?
Yo prefiero 25 minutos de dolor gradual. Y aparte de eso, no tengo nada que añadir, salvo que me alegro de ver actividad nueva por aquí, y poder aprender de lo leído aquí.
¡Hasta la próxima!
Hola Goe,
Gracias por tus palabras en serio. 😉
Yo también casi prefiero los 25 minutos, jaja.
Cuando en el texto menciono que la atención afectiva puede ayudar, me refiero a lo que dices, que se hable con el paciente de una forma agradable, se intente distraerle un poco, haciéndole lo más cómodamente posible la situación, siendo empático y resultando agradable.
Respecto a las pruebas de seguimiento, al tratarse de unas colonoscopias, se refiere a que lo más normal es que se realicen unas pruebas posteriores para comprobar que todo está bien, que no hay recaídas, etc. es decir, que es posible que tenga que repetirse la prueba en un futuro, y si el paciente ha considerado muy dolorosa la prueba, lo evitará o renunciará a ella. Digamos que si no te queda muy mal sabor de boca o el recuerdo no es muy malo, estarás más dispuesto a pasar de nuevo la prueba.
Espero haberte contestado, 😉
Todo aclarado. ¡¡¡Gracias!!!