En este módulo vas a aprender:
- Explicaciones y recomendaciones ante las dificultades del mindfulness.
- Meditación en la compasión.
En la quinta entrega del curso de mindfulness comenzaré explicando algunas de las dificultades del mindfulness más habituales que suelen aparecer a la hora de realizar de manera rutinaria y en nuestro día a día, meditación.
Posteriormente, se expondrá otro ejercicio de meditación formal, esta vez basada en la compasión, para que puedas añadirlo a tu repertorio de ejercicios.
Recomendaciones ante posibles dificultades en la práctica del mindfulness
En capítulos anteriores ya nombré la importancia de realizar un diario de práctica de mindfulness, para que sea más fácil aplicar los ejercicios en nuestro día a día. Llevar a cabo un registro sobre en qué momento practicas, cuánto tiempo, qué dificultades tienes, etc., te ayudará a darte cuenta de la evolución en la práctica, en tus mejorías y en tus dificultades y así, poder mejorar.
¿Cómo puedes llevar a cabo este registro?
Anota diariamente en qué momento del día practicas meditación, qué tipo de práctica realizas, la duración, tus sensaciones corporales, tus emociones, pensamientos, dificultades, manejo de estas dificultades… todo aquello que esté presente en el momento de la meditación.
Es importante que seas lo más objetivo posible y honesto, ya que de lo contrario no estarás haciendo un registro totalmente fiable para poder observar tus mejorías, posibles dificultades que has de solucionar, etc.
Típicas dificultades del Mindfulness
A continuación voy a explicar algunas de las dificultades más comunes y típicas que la mayoría de las personas se encuentran a la hora de comenzar a practicar una rutina de meditación.
- Es típico preguntarse, “¿lo estoy haciendo bien?” no debes obsesionarte con esa pregunta. Con el paso del tiempo y con la rutina diaria, la meditación irá haciéndose más efectiva, será más fácil realizarla y encontrarás menos dificultades. Solamente debes realizarla siguiendo las instrucciones de cada ejercicio, prestando atención al presente, sin juzgar si lo haces bien o mal.
- Sensaciones molestas: Es normal que al prestar atención plena sientas molestias o sensaciones de las que no te habías dado cuenta anteriormente, por esa falta de atención. Es recomendable tener una postura adecuada y cómoda, como comentábamos al principio del curso, ya que si sentimos molestias y dolores nuestra atención se irán a esas sensaciones, apareciendo pensamientos negativos y dificultando el ejercicio. No obstante, es normal que se perciban sensaciones que anteriormente no sabíamos que las teníamos.
- Divagación: con una buena rutina de meditación practicaremos la atención plena, en el presente (Aquí y ahora), disminuyendo cada vez más estos momentos de divagación. No obstante, no debemos juzgarnos por eso; sino que, cada vez que aparezca un pensamiento distractor, lo observamos y lo dejamos ir, volviendo a nuestra practica.
- Somnolencia: Como ya comenté, es importante buscar un momento adecuado para realizar las prácticas. No realizar las prácticas con sueño, ya que probablemente puedas dormirte y no acabar el ejercicio.
- “No tengo tiempo para meditar”: Solemos tener la sensación de no tener tiempo para nada, vivir a mil por hora, agobiados, sin llegar a realizar todo lo que teníamos que hacer en el día, pero eso no es cierto. Solo tenemos que fijar una rutina, prioridades… Reserva un tiempo de tu día a día para realizar meditación, organiza tu tiempo y verás cómo sí que puedes practicarla.
- “La meditación me pone nervioso/a”: Al meditar prestamos atención plena a nuestro presente, a lo que está pasando en ese momento. Si normalmente vivimos nerviosos, ansiosos, etc., es normal que al meditar hagas consciente ese estado que presentas y pueda generarte nerviosismo, pero la meditación no pone nervioso, solo haces consciente tu estado. Observa tu estado, déjalo ir y presta atención al presente, al momento en el que estás meditando, solamente.
- “No puedo quedarme quieto”: puedes realizar los ejercicios de meditación andando. Haz la meditación en un espacio abierto o cerrado, sin obstáculos y realiza la meditación andando lentamente, con los ojos cerrados, incluso descalzo (siempre que el suelo lo permita) para poder sentir todavía mejor las sensaciones de tus pies.
Estas son algunas de las dificultades que puedes encontrarte y cómo poner en práctica una solución. No obstante, es imprescindible que para darte cuenta de ellas y saber exactamente qué te dificulta la meditación hagas un registro como el que te he explicado.
Además, sabes que si aparece alguna dificultad diferente a las nombradas en el módulo puedes ponerlas en común en el foro del curso o preguntarlas directamente en el correo electrónico del que dispones.
Meditación en la compasión
La segunda parte del módulo se va a centrar en explicar otra meditación formal para que la añadas al repertorio de ejercicios del que ya dispones. Esta meditación está basada en la compasión.
¿Qué es y qué NO es la compasión?
La compasión NO es lástima. Compasión es sinónimo de bondad, interés por la otra persona, por la persona que sufre, sin juicio y con afecto sincero.
Con compasión aceptamos que los demás son igual a nosotros, que quieren la felicidad y tienen derecho a vencer el dolor (Dalai Lama, 1997).
Un tipo de compasión es la autocompasión, es decir, la compasión hacia uno mismo. Con mindfulness podemos practicar la compasión y autocompasión atendiendo al presente sin juzgar. Reconocer el sufrimiento humano y propio, comprendiendo el presente, el dolor y sufrimiento y aún así, no juzgar, quererse y querer, desearnos y desear la felicidad.
La compasión NO es pena. La compasión genera emociones positivas y la pena es una emoción negativa. Tampoco es indulgencia y pasividad, ni es autoestima.
Con compasión no criticamos, ni nos criticamos, somos cordiales y cálidos. Con la compasión deseamos: “Que yo sea feliz, que tenga salud y fortaleza, que me vaya bien en la vida, que yo permanezca libre de desgracias y de sufrimientos” y esto, también lo deseamos al resto de personas.
A continuación dispones de dos enlaces para que pongas en práctica la meditación basada en la compasión.
Ejercicios recomendados:
- Realizar el registro diario de nuestras meditaciones y compartir estas dificultades en la parte de comentarios o en el email mindfulness@codigomente.com para poder resolverlas.
- Comenzar a practicar meditación en la compasión, compaginándola con las aprendidas anteriormente.
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Buenas de nuevo!!
Para mi la dificultad mayor es la constancia.
He comenzado con el diario, y realizo la práctica dos días, pero luego pasa el resto de la semana y no lo hago. Lo retomo…. y de nuevo ocurre lo mismo.
Sobre todo utilizo bodyscan para descansar un poco después de comer. A mi me funciona genial.
Gracias por el curso
Hola Consuelo, es normal que al principio cueste. Como digo siempre, vamos a 100 por hora y no tenemos tiempo para nada (o eso creemos).
Te recomiendes que te crees una rutina. Por ejemplo: empezar fijándote media hora tres días a la semana, después, aumentar a cuatro días… hasta que lo tengas incorporado todos los días de la semana.
Una vez que todos los días realices un ratito de meditación puedes aumentar el tiempo de esta, combinarla con práctica informal durante el día, etc.
Me alegro mucho que te esté funcionando.
Si tienes más dudas, sabes que con el curso dispones de una consulta gratuita conmigo para comentar lo que quieras. ¡No dudes en usarla!
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