¿Conoces el síndrome de Burnout?
Quizás no te hayas planteado nunca ponerle nombre, pero cuando notas que te invade una tristeza enorme a la hora de emprender el camino al trabajo, te sientes desmotivado, pierdes el interés por llevarte bien con tu jefe o tus compañeros y sientes un agotamiento constante, tanto mental como físico, estás sufriendo el “Síndrome de burnout o del trabajador quemado”.
Su origen…
Es un término inglés que significa “consumirse” o “agotarse”. Suele ser un proceso progresivo de agotamiento, no aparece de un día para otro.
Este síndrome fue descrito por primera vez en 1969 por el científico H.B. Bradley, que le adjudicó en nombre de “Staff Burnout”.
En qué consiste…
No es un trastorno como tal, es un síndrome, es decir, es un conjunto de síntomas que se presentan juntos y son característicos de un cuadro patológico.
Sus principales manifestaciones son:
- Agotamiento intenso, mental y físico
- Sentimientos de ira o irritabilidad
- Impaciencia
- Bajo rendimiento laboral o absentismo
- Baja autoeficacia personal y baja autoestima
- Sensación de escasa realización personal
- Ansiedad, estrés y/o depresión
- Cambios de comportamiento o “malos modales”
- Falta de interés, desmotivación.
- Sentimientos negativos
- Despersonalización: tratar a las personas como objetos carentes de sentimientos.
¿Por qué ocurre el síndrome de Burnout?
Las causas pueden ser variadas, pero normalmente se relaciona con:
- una excesiva carga de trabajo (y la consiguiente falta de tiempo para desempeñarlo),
- la asunción de más responsabilidades de las debidas,
- escaso o nulo reconocimiento de méritos por parte de la empresa,
- deficientes relaciones interpersonales con compañeros o jefes
- y un desequilibrio entre los objetivos del trabajador en su empresa y los objetivos de la empresa con respecto al trabajador.
¿Dónde ocurre?
El síndrome de Burnout puede aparecer en todo tipo de trabajos, pero suele darse con más frecuencia en profesiones dedicadas a la atención a terceros o atención al cliente; como médicos, enfermeras, docentes, teleoperadores… Y en trabajos de oficina con alta responsabilidad, manejo de estrés y horas extras habituales.
También se detecta en trabajos elegidos por vocación, cuando las propias expectativas son más altas que las reales o las aspiraciones son muy superiores al trabajo que realmente se desempeña.
Consecuencias
- Cambios en el comportamiento y en la forma de tratar a compañeros, superiores y pacientes o clientes. Malas formas o maneras de expresarse con los demás.
- Cambios en la intensidad de consumo de alcohol o sustancias.
- Cambios en la conducta alimentaria que puede provocar aumento o pérdida de peso.
- Alteraciones del sueño, falta de concentración.
Estos síntomas experimentados de manera prolongada pueden conllevar una baja laboral o incurrir en absentismo. Al ser una sensación crónica, lo ideal es evitar que vaya a más y ponerse manos a la obra para solucionarlo.
Tratamiento del síndrome de Burnout
Como primer paso, nuestra empresa debería conocer nuestra situación. Lo habitual es que intente crear un ambiente un poco más cómodo del actual, modificando los aspectos que el trabajador “quemado” considere vitales para mejorar la situación, ya sea horarios, procedimientos o reconocimiento de méritos a través de un cambio de puesto o una mejora en la remuneración.
A nivel personal, el trabajador puede intentar mejorar su entorno con diversas actividades como:
- La práctica de ejercicio físico regular
- El mantenimiento de hábitos de vida saludables tales como controlar el consumo de alcohol y tabaco
- Respetar horarios de sueño y alimentación
- Reservar unas horas cada semana para la práctica de alguna actividad de ocio personal
- Aprender y practicar técnicas de relajación
Si aún así, nuestro trabajo sigue quemándonos, podríamos considerar la posibilidad de cambiar de puesto dentro de la empresa, ya sea en un departamento diferente, en otra oficina o ciudad. Estas variaciones abren las puertas hacia nuevas experiencias, donde empezar de cero supone un cambio positivo y una segunda oportunidad para volver a disfrutar de nuestro trabajo.
No debemos olvidar que, si la sensación de agotamiento persiste, disponemos de la opción de cambiar de puesto de trabajo, redirigiendo nuestra carrera hacia otros objetivos que en el pasado habíamos descartado o no habíamos valorado.
¿Estás sufriendo Burnout?
Algunas páginas web facilitan unos simples tests que pueden ayudarte a saber si sufres este síndrome o si posees un nivel de Burnout alto o bajo. Quizá puedan ayudarte a identificar tus comportamientos negativos en el trabajo.
Uno de los cuestionarios más utilizados para medir el Burnout es el MBI (Maslach Burnout Inventory). Es un test muy corto y rápido de completar, que consta de 22 ítems que miden tres aspectos importantes:
- el nivel de despersonalización,
- de cansancio emocional
- y de realización personal.
Algunos ejemplos de los ítems del test son: «siento que trabajar todo el día con la gente me cansa”, “me siento frustrado en mi trabajo”,” me siento como si estuviera al límite de mis posibilidades”.
Otro cuestionario útil puede ser el CBB (Cuestionario Breve de Burnout), que consta de 21 ítems que analizan de forma global los antecedentes, los elementos y las consecuencias del Burnout. (Podréis encontrar ambos tests en los links inferiores.)
Si, aún así, no consigues mejorar tus experiencias en el entorno laboral, la terapia psicológica puede ser una buena opción para guiarte y ofrecerte pautas de conducta.
Eres tú quien conoce mejor tus capacidades y tus límites, no tengas miedo de expresar lo que sientes en el trabajo, quizá sea el primer paso para mejorar tu situación.
Links de interés:
Cuestionario de Maslach Burnout Inventory:
Cuestionario breve de Burnout CBB: http://www.psicologia-online.com/ebooks/riesgos/anexo15.shtml