Hay sonrisas de anuncio, sonrisas forzadas, sonrisas mona lisa, sonrisas de complicidad, miles de sonrisas… hay sonrisas falsas y sonrisas verdaderas. Y esta última, la sonrisa verdadera y genuina también es conocida como sonrisa Duchenne.
Duchenne fue un neurólogo del siglo XIX que estudió las expresiones faciales y se interesó por aquello que diferencia una sonrisa auténtica de una «falsa» o forzada. En su estudio usó la estimulación eléctrica para provocar una sonrisa falsa y luego compararla con la sonrisa de verdad; la cual obtuvo, contando un chiste al voluntario del experimento.
La sonrisa verdadera surge de forma inconsciente. Lo que Duchenne descubrió, fue que los músculos de alrededor de los ojos (el músculo orbicular del párpado) se acciona de forma involuntaria al sonreír de verdad. Cuando sonríes de verdad, los músculos alrededor del ojo también se mueven y cuando es sonrisa forzada no. Vamos, que tus ojos sonríen junto a tus labios y todo tu rostro está involucrado en una sonrisa de verdad.
Además cuando la sonrisa es de verdad se activa el sistema límbico, la parte del cerebro relacionado con las emociones. Y cuando la sonrisa es falsa o forzada, se activa la corteza motora, la parte del cerebro que controla los movimientos voluntarios.
¿Cómo se demuestra la existencia del músculo de la sonrisa de Duchenne?
Principalmente a través de dos trastornos:
- Parálisis facial intencional: causado por lesión en la región de la corteza motora primaria encargada de accionar los músculos de la cara o con las fibras que parten desde este área. Los pacientes no pueden adoptar las posiciones de la sonrisa, aunque si se produce acontecimiento que desencadena alegría pueden sonreír al ser sonrisa auténtica, pero no pueden sonreír si ellos lo deciden, o sonrisa forzada.
- Parálisis facial emocional: lesión de la región de la ínsula de la corteza prefrontal, el paciente es incapaz de reírse cuando hay una situación que desencadena alegría, pero sin embargo si que puede generar una sonrisa fingida o falsa cuando lo desee porque sus áreas motoras no están dañadas.
Echad un ojo al siguiente vídeo en el que podéis poneros a prueba y ver si sóis capaces de distinguir una sonrisa falsa de una sonrisa duchenne.