¿Has pensado alguna vez cómo incluso sin darte cuenta puedes influir en los niños?
Si lees un libro, el niño leerá. Si te ve lavarte los dientes, el niño se lavará los dientes. Si pierdes los nervios con facilidad conduciendo o con un dependendiente de una tienda, el niño también los perderá. Y no menciono temas de maltrato u otros…
En un momento u otro, estarás en contacto con niños, ya sean hijos, sobrinos, niños de amigos o vecinos o trabajes con niños. Asi que mira este video primero y luego te cuento la teoría psicológica que hay detrás.
Este aprendizaje por observación es el conocido en psicología como aprendizaje vicario o aprendizaje social. En el que una persona es el modelo que realiza una conducta. Y la otra persona, es el sujeto que observa la acción realizada por el modelo. No es exactamente imitación porque no es necesario realizar la conducta para aprenderla. De hecho, no suele realizarse en presencia del modelo, sino en otro momento o incluso diferido en el tiempo. Este concepto fue acuñado por el psicólogo Albert Bandura en 1977, dentro de su teoría del Aprendizaje Social.
El experimento clásico más conocido de Bandura es el experimento del muñeco Bobo, estudio pionero de la agresividad. El estudio se basaba en mostrar una película a niños de guardería, en el que un adulto maltrataba e insultaba a un muñeco. Luego se dejaba a los niños, por separado, en un cuarto con juguetes, que por supuesto incluía el muñeco maltratado. En el estudio había tres grupos:
- el grupo expuesto al video agresivo con el muñeco.
- el grupo expuesto a otro video en el que el adulto jugaba con juguetes e ignoraba al muñeco Bobo.
- el grupo control no expuesto a ningún video.
La hipótesis principal era que los niños expuestos a la conducta agresiva iban a imitarla después. Así fue, muchos de los niños no sólo maltrataban al muñeco de las formas que habían visto en el video, sino que se inventaban otras nuevas. Mientras que entre los niños que habían visto el video no agresivo o el grupo de control no presentaban actitud agresiva, ni diferencias significativas entre ambos grupos.
Por lo que, especial cuidado con los modelos a seguir de nuestros niños, tanto si somos nosotros el modelo como los que aparecen en la televisión o en otros medios.
Muy interesante esto también. Desconocía el experimento del muñeco bobo.
De todas formas creo que es reduccionista reducir el comportamiento al ambiente, de tal modo que suponemos que el niño observa la violencia y después la imita porque la ha observado. Algo de eso hay, desde luego (el experimento del muñeco bobo es la prueba), pero la genética también influye, pues unos por naturaleza tienen un caracter más violento que otros.
Finalmente decir que ojalá el video que has puesto de los niños fumando, bebiendo, vomitando y pegando en imitación a los adultos se pusiera en la TV como un anuncio para concienciar de lo que es dar mal ejemplo.
¡Saludos!
Hola Goe,
perdona si el artículo ha dado a entender que el comportamiento de los niños se reduce al ambiente. Por supuesto que no. Como bien dices, y en psicología así se estudia, el comportamiento y la personalidad tiene componentes genéticos y del ambiente entre otros. Además de que cada persona es un mundo. En el estudio de Bandura se obtienen los resultados que he mencionado, con altos porcentajes afirmando la hipótesis. Pero no todos los niños que vieron el video actuaron así, no el 100%. Pero si es cierto que hay muchas probabilidades que lo hagan en el futuro, especialmente si son hábitos que observan a menudo en sus padres o personas cercanas y no solo de forma puntual. Este mismo tema, el aprendizaje vicario, podemos extenderlo a los adolescentes y su inicio en el tabaco, debido al «mensaje» que la sociedad y el entorno transmita. Y eso, que respecto al tabaco, el mensaje de hoy en día, no es el mismo que el de hace 10 o 15 años. Y un último apunte, por supuesto que por genética o por biología, según los niveles de ciertas hormonas, podemos ser más o menos violentos. Pero eso no ha de ser nunca una excusa ni un motivo a la hora de relacionarnos con los demás o de la convivencia. Y si lo es, habría que mirar algún tipo de tratamiento o ayuda para saber gestionarlo. Saludos!